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martes, 24 de mayo de 2011

Uno de mis cuentos favoritos "El barril de amontillado" de Edgar Allan Poe

El barril de amontillado" es uno de los relatos de la etapa final en la vida de Poe (1846), escrito sólo poco tiempo antes del inicio de su declive definitivo, marcado por la muerte de su mujer, Virginia Clemm, en enero de 1847. Una primera lectura de "El barril de amontillado" ya nos revela dos aspectos fundamentales. El primero, su perfección narrativa: el autor en ese momento era dueño de todas las herramientas y resortes de su oficio; el segundo, que había culminado en él un largo proceso de desencanto vital y degradación moral, si bien esto último, evidentemente, no iba en menoscabo de la excelencia artística, sino más bien al contrario.
Es la historia de una horrible venganza, si es que alguna no lo es. ¿Qué pudo mover al autor a su composición? Nos encontramos, desde luego, a años luz del muchacho genial que había escrito vaporosos poemas románticos en los que retrataba un mundo ideal de palacios encantados y bellísimas heroínas ultraterrenas. La maligna inteligencia, el humor negro, la punzante ironía, y hasta el sadismo gratuito en la conducta del vengador Montresor, revelarían en su autor, probable aunque no necesariamente (pero hemos de tener en cuenta, decimos, el momento y las circunstancias en que el relato fue escrito), grandes dosis de dolor y frustración mal asimilados, una aguda conciencia de fracaso, así como, acaso, la voluntad de dejar al porvenir algún terrorífico mensaje subliminal, y todo bajo un tratamiento acusadamente alegórico.

NO LES CONTARE EL CUENTO, ESTA MUY INTERESANTE, LEANLO USTEDES.

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